Los 4 falsos MITOS más populares de los seguros
MITO 1:
El seguro es un gasto, no un beneficio.
El primer beneficio que ofrece cualquier seguro es la tranquilidad del usuario. Al adquirir un seguro está invirtiendo en un servicio que le permitirá afrontar un gasto impredecible, en el caso de que sus bienes sufran algún accidente o siniestro.
MITO 2:
Solo las personas con altos recursos económicos pueden acceder a un seguro.
Esto no es correcto, ante cualquier incidente, quien cuenta con un seguro solo deberá pagar una mínima proporción de la pérdida (deducible), lo que en caso contrario, significaría asumir totalmente los gastos. Desde ese punto de vista, podemos decir que el seguro ha sido pensado como una forma de cubrir necesidades.
El precio del seguro va en relación al precio del bien que se está asegurando.
MITO 3:
Las compañías de seguros hacen todo para no pagar los siniestros.
Las compañías de seguros son responsables de la distribución de los gastos de todos los asegurados y deben verificar que estos desembolso se den cuando realmente se presente alguna situación fortuita.
Parte de esa responsabilidad es realizar numerosas investigaciones para legitimar la causalidad de los eventos. Muchas veces, esas investigaciones son interpretadas como una intención de no querer pagar, sin embargo, el verdadero interés es salvaguardar al resto de asegurados, ya que este negocio es susceptible a intentos de fraude.
MITO 4:
El volúmen de los contratos en muy extenso para leerlo.
Con el objetivo de evitar cualquier tipo de mal-interpretación, el Ente Regulador y la legislación vigente, obligan a que los contratos de las compañías aseguradoras especifiquen de manera precisa y exhaustiva todas las coberturas, exclusiones y condiciones administrativas(resolución, liquidación, etc.) a las que se adhiere, tanto los asegurados como las aseguradoras.
Las pólizas tienen que contar con dicha información, lo que hace que los documentos sean extensos.